Entre las numerosas comunicaciones presentadas en el VIII Congreso de la AEBI (Asociación Española de Bioética y Ética Médica), celebrado en octubre de 2011, me ha llamado la atención la que lleva por título "La desaparición silenciosa. A propósito del cribado eugenésico de las personas con síndrome de Down", presentada por D. Jaime Vilarroig Martín, de la Universidad CEU Cardenal-Herrera, de Valencia.
En el DRAE se define la palabra "eugenesia" como la "Aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana", lo cual en sí mismo podría parecer hasta "bueno". Pero sin embargo, a poco que se piense sobre ello se descubre que, si hablamos de la especie humana, bajo esa palabra no existe más que la ideología de la cultura de muerte, pues se trata sencillamente de eliminar a los seres que se consideran "inferiores". El socialismo alemán, llegado al poder (democráticamente) en los años treinta del siglo pasado, llevó hasta el paroxismo el concepto de eugenesia, en su intento de exaltación de la pureza racial de los arios. Pero, a pesar de que parecía que habíamos ya desechado estas prácticas tan brutales, vuelven a aparecer de nuevo, con renovada crueldad, en nuestros tiempos, y en nuestro país.
En la comunicación al Congreso de Bioética que hemos citado arriba se señalan los siguientes hechos:
"En el período 1980-1985 se registró una frecuencia de nacimientos de personas con síndrome de Down de un 17,48 por 10.000. A partir de ese año la frecuencia desciende de modo constante hasta el 2009, donde se registró una frecuencia de 7,24 por 10.000".
"La principal causa de este descenso, tal como afirman los autores de las publicaciones donde aparecen los datos, es la puesta en marcha de la Ley de Interrupción voluntaria del embarazo en 1985"
Y, a modo de dramática (en mi opinión) conclusión, el autor de la Comunicación expone lo siguiente:
"Cada vez nacen menos personas con síndrome de Down debido a que los embriones con este defecto congénito son abortados. Esto, además de la grave discriminación que supone (...), muestra el rechazo de la sociedad actual hacia la vida discapacitada"
Imaginemos ahora el agravamiento que de la situación expuesta implica la entrada en vigor de la llamada "Ley de salud sexual y reproductiva e interrupción voluntaria del embarazo", que ha supuesto pasar a considerar el aborto como un "derecho" desde su anterior consideración como un delito con tres causas de exclusión de la responsabilidad penal.
A pesar de la ubérrima propaganda que encontramos cada día en nuestros medios de comunicación, a pesar de los eufemismos que pueblan nuestra hermosa lengua castellana para evitar herir moralmente o desconsiderar a los minusválidos, a pesar de tanto dinero gastado en campañas públicas para evitar la discriminación de las personas que no pueden valerse por sí mismas, a pesar de todo lo considerado "políticamente correcto", estamos progresando a pasos agigantados hacia una sociedad deshumanizada, en la que el ser humano deja progresivamente de estar dotado de una dignidad inmanente, para convertirse en un ser despersonalizado y sumiso.
Algún médico en los juicios de Nuremberg fue condenado con los mismos argumentos que ahora se utilizan algunos "profesionales" de la sanidad...
ResponderEliminarExcelente artículo, es una reflexión para toda la sociedad, tan consumista y que lo rentabiliza todo.
ResponderEliminarExcelente, y dramático, post. Lo peor es que es la pura realidad. ¿Puede haber mayor crueldad que eliminar a alguien -NO es algo, por más que se empeñen- por que sea mujer o esté enfermo? ¡Cuánto darían algunos por poder construir una sociedad de hombres perfectos -según su criterio, claro-, robotizados!
ResponderEliminarTenemos mucha tarea para humanizar esta sociedad.
Gracias a todos por vuestros inteligentes comentarios.
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