martes, 22 de junio de 2021

Sánchez y los indultos a los independentistas catalanes

 


Pedro Sánchez


Hoy, día 22 de junio de 2021, se ha perpetrado, por el Gobierno de España, la concesión del indulto a los condenados por los sucesos del 1º de octubre de 2017. Con su deleznable conducta, el Presidente de España está arrastrando por el fango a todos los españoles a quienes representa, disolviendo las instituciones del Estado y pulverizando el Imperio de la Ley, y todo a cambio de un puñado de votos que le permitan seguir en el poder, la única finalidad de esta auténtica barbaridad.

El mismo Juan Luis Cebrián, en un tibio alegato contra la partitocracia que publica hoy El País[1] descubre el verdadero motivo de la medida de gracia, que Sánchez -y sus acólitos- ocultan: «se oculta la verdadera motivación de la concesión de los mismos: garantizar la mayoría parlamentaria suficiente para el mantenimiento de la estabilidad gubernamental». Que este sea el verdadero motivo de la concesión de los indultos convierte a esta medida en indecente e ilegítima[2] la adopción de tal medida, a la par que pone en dolorosa -por ridícula- evidencia la inmensa campaña de mentiras que ha orquestado Sánchez para confundir a los atribulados españoles. Hoy mismo ha afirmado hacerlo «…pensando en el espíritu constitucional de concordia», cuando en la constitución esa palabra no aparece ni una sola vez.

Muchos españoles vemos en esta medida una defección[3] del gobierno y una derrota de la nación española, y por ello es tan doloroso escuchar -sin réplica alguna- las declaraciones de los facciosos encarcelados o sus compinches, como aquella de Cuixart de que el indulto «será el preludio de la derrota que sufrirá el Estado español en Europa», o la de Junqueras, que grita «el indulto es un triunfo porque demuestra la debilidad del Estado».

Un admirado amigo y camarada -y un sabio con mayúsculas- me decía el otro día que a él le parecía más grave que esto todo el asunto de la “Kitchen”. Pero, sin entrar en comparaciones de gravedades, diré que este asunto me parece a mi peor aún que el propio golpe de Estado de 2017. Porque ahora es el propio Gobierno de España quien se vuelve contra su patria, y la traiciona y vitupera, haciendo añicos el imperio de la Ley, mintiendo a todos y haciendo justo lo contrario de lo que decía hace poco al respecto, cuando se cansaban de repetir que «…nunca más indultos por motivos políticos», que acatarían la sentencia y que no estaba ni en la mente ni en el calendario del gobierno indulto alguno a los sediciosos independentistas.

Toda la campaña de mentiras ha estado centrada en destrozar la credibilidad del Poder Judicial y del órgano judicial que está en la cúspide del mismo, tildando una sentencia, correctísima y dictada con las máximas garantías, de “venganza”.

Por último diré que es muy difícil defender estos indultos, desde ningún punto de vista. La apelación a la paz o a la concordia es falaz, no se lo cree nadie, porque ni los propios reos han pedido ni aceptan -en apariencia, al menos- el indulto que se perpetrará en breve. El arrepentimiento de los condenados brilla por su ausencia. Ningún indicio parece indicar que la paz y el diálogo se verán favorecidos por esta inane medida política. 

Aunque aún no sabemos -como recuerda Cebrián en el anteriormente citado artículo[4] – el alcance de los indultos que se concederán, debe recordarse que el artículo 11 de la denominada «Ley estableciendo reglas para el ejercicio de la gracia de indulto», de 18 de junio de 1870, actualmente en vigor señala:

«El indulto total se otorgará a los penados tan sólo en el caso de existir a su favor razones de justicia, equidad o utilidad pública, a juicio del Tribunal sentenciador.».

Pero aquí, el desprecio al Tribunal sentenciador es absoluto, por cuanto que ha expresado a las claras su frontal oposición a la medida de gracia, siendo sus motivos de oposición a la misma, en mi opinión, demoledores. Así, el informe del Tribunal Supremo cita a Jordi Cuixart

«que en su respuesta a la Sala afirma que todo lo que hizo lo volvería a hacer porque no cometió ningún delito. Esas palabras son para el tribunal “la mejor expresión de las razones por las que el indulto se presenta como una solución inaceptable para la anticipada extinción de la responsabilidad penal. De hecho, expresan una actitud antidemocrática, en la que la propia conciencia y el compromiso social que cada ciudadano suscribe le autorizaría a pulverizar las bases de la convivencia, a convertir en ineficaces las resoluciones dictadas por los Jueces y Tribunales de un determinado territorio, a sortear las vías legales de reforma de un sistema jurídico y, en fin, a vulnerar los derechos fundamentales de aquellos otros ciudadanos que no comulguen con esos principios o esa conciencia individual”, subrayan los magistrados.».

La Sala sentenciadora recalca en su informe la gravedad de los delitos cometidos, que atentan contra los pilares de la democracia:

« (…) Varias de las solicitudes de indulto justifican la extinción de la responsabilidad criminal por la desproporción de las penas ante un delito contra el orden público.

La Sala recuerda que su sentencia proclamaba con nitidez que el delito de sedición es algo más que un delito contra el orden público “lo que el hecho probado de nuestra sentencia declara – por más que lecturas parciales e interesadas reiteren lo contrario- no es identificable con el simple desbordamiento de los límites del orden público. Antes al contrario, lo que describe el juicio histórico es un ataque a la paz pública y a la observancia de las leyes y resoluciones como fundamento de la convivencia en el marco constitucional”.

Por ello el tribunal considera que el enfoque tiene que ser distinto cuando lo que está en juego no es la preservación del orden público, sino la solidez de los pilares sobre los que se asienta la convivencia democrática.»

Pues todo esto se lo pasa Sánchez por el arco sur, porque sólo desea conservar su poltrona. Ya lo decía Voltaire: «La política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria».  

 

 Imagen: https://www.lamoncloa.gob.es/



[1] Titulado «El reencuentro», que puede leerse en https://elpais.com/opinion/2021-06-21/el-reencuentro.html. Cuando acaba de leerse deja una sensación agridulce, como cuando uno a un bocado a una tarta de queso a la que se ha olvidado de echar el azúcar que prescribe la receta.

[2] En su sentido de que no está de acuerdo con la razón o con lo que se considera justo o razonable, o, en expresión del diccionario panhispánico del español jurídico, «que carece de legitimidad, título válido o justificación suficiente en Derecho.»

[3] DRAE: Acción de separarse con deslealtad de la causa o parcialidad a que se pertenecía.

[4] «(…) no se sabe todavía en qué consisten, aunque un poco más se sabe después de la información que publicara ayer mismo EL PAÍS. Se trata al parecer de un indulto colectivo, disfrazado con matices individuales, y su “utilidad pública” se refiere a “fomentar la convivencia en Cataluña”. Ha sido negociado previamente con los partidos que dirigen los sediciosos, apalabrado con organizaciones sociales, sindicales, empresariales y clericales sin luz ni taquígrafos. Y hasta se han movilizado manifestaciones desde el poder para apoyar la medida. Todo tiene un tono populista muy a la moda, quede donde quede el imperio de la ley.».

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecería cualquier comentario relativo al presente post, pero ruego que se haga siempre con respeto, de otro modo no podrá aparecer publicado. Muchas gracias.

Un año en la División Azul.

Transcribo a continuación el artículo que publiqué recientemente en el número 743, junio 2021, de la revista mensual BlauDivisión, Boletín d...